EN TABASCO EN LA ÉPOCA DE LA INDEPENDENCIA
V/XII
Exaltado al trono del Primer Imperio mexicano, D. Agustín de Iturbide, Tabasco se adhiere a ese gobierno y el Ayuntamiento de Villahermosa así como los jefes militares Manuel María Leyton y José Antonio Rincón, quienes envían parabienes al Emperador felicitándolo por haber “llegado a tal grado de excelsitud” y dándole cuenta cómo se desarrollaron las festividades en honor de tan magno acontecimiento.
En el país continúa la lucha revolucionaria republicana; Iturbide es derrocado y el coronel D. José Antonio Rincón -quien durante el efímero imperio de Iturbide gobernara a Tabasco como Jefe Superior Político-, entrega el mando a D. Pedro Pérez Medina el 3 de mayo de 1824; el 8 del mismo mes y año se encarga del gobierno del estado D. Agustín Ruiz de la Peña con el carácter de Gobernador Provisional.
Mestre Ghigliazza – citado por Del Águila- manifiesta que en una de las originalidades de nuestra historia local, el partido popular acaudillado por Ruiz de la Peña se encontraba fuertemente aliado a los españoles ricos de la Provincia, a los mismos que, si no engañan las crónicas, habían hecho cruda guerra a algunos gobernantes de aquella, durante la última década del virreinato, porque no se plegaron a favorecer sus negocios mercantiles. El Partido que más adelante fue Centralista era al contrario, por convicción, o por interés político, enemigo de los peninsulares, o mejor dicho, de su incontrastable influjo en la administración pública tabasqueña. – Advierte Mestre-, la hostilidad de los iturbidistas al elemento español. Con estos datos y habida cuenta del carácter rígido de la Ordenanza, y el honrado a carta cabal, Coronel José Antonio Rincón, resultaba imposible el despejado ejercicio de su mando militar. Vivía en el seno de una sociedad cuya mayoría le era hostil, y tenía por adversario a un gobierno hechura de aquella. En consecuencia, Rincón es depuesto de su cargo de Comandante General de Tabasco a través de una asonada el 14 de junio de 1824 y puesto en prisión, seguidamente es remitido a Cunduacán, más tarde a Teapa y posteriormente a Jalapa; nombrando el Gobierno, Comandante General, al Coronel D. Francisco Javier de Tejeda. Rincón se había negado a prestar juramento de obediencia al H Congreso del Estado, colocándose en abierta pugna con el mismo Congreso y con el gobernador, según manifiesta Gil y Sáenz . La prisión del Comandante General, se debió –según versiones- a una noticia falsa: el asesinato del Capitán José María Jiménez por orden de Rincón. D. José Víctor Jiménez, hijo del aludido Capitán, en sus “memorias” manifiesta: “Sin estar mezclado en la conspiración formada en contra del Comandante General D. José Antonio Rincón tomé sin embargo parte principal en ella, impulsado por la falsa noticia de que había muerto mi padre en la prisión en que lo tenía el expresado jefe, poniéndome al frente de mi compañía y marchando a aprehender a éste”.
Bernardo Del Águila Figueroa sostiene que el primer Gobernador constitucional de Tabasco lo fue D. Agustín Ruiz de la Peña, elegido de acuerdo con lo preceptuado por la constitución de 1825, en su Capítulo IV.
4.6 CONVICCIÓN DOGMÁTICA Y CONVICCIÓN RACIONAL
La guerra de Independencia en nuestro país, no fue un proceso aislado, fue parte de un movimiento global en el que muchos países, inspirados por la Ilustración se liberaron de los gobiernos coloniales y, en algunos casos, de la autoridad real. Los fenómenos revolucionarios ocurridos entre los siglos XVIII y XIX llevan la marca de una nueva ideología que animó el espíritu de regímenes y estructuras de gobierno característicos de la modernidad.
Diferente a lo que suele creerse de las revoluciones que modificaron el mundo en el periodo de la Ilustración, incluyendo el caso de la guerra de Independencia en México, no siempre emergieron como levantamientos populares de masas oprimidas. Su origen estuvo, por lo general, en el estrato social de una burguesía culta, inspirada por las ideas de filósofos ilustrados. De esta forma, las luchas armadas y los enfrentamientos en el campo de batalla, dieron origen a una revolución del pensamiento, que tuvo consecuencias importantes en todos los ámbitos de la acción humana, transformando para siempre las ideas relacionadas con Dios, la razón, la naturaleza y el buen gobierno.
A partir de ese principio que cedió a la razón, a la reflexión, a la demostración, agitando sus alas en ansias de aprehender la realidad, el mundo hizo la diferencia entre convicción dogmática y convicción racional. Así la humanidad en su tránsito terrenal, guiada por las luces de la Ilustración busca con ansias de triunfo no sólo la salvación del alma, sino también la conquista del conocimiento, la libertad y la felicidad.