29/1/09

LA SANGRE

EN EL LIBRO DE LA HISTORIA

He de hablar de la sangre.

De la sangre

que incendia los crepúsculos.

De la sangre

que circula en nuestras venas.

De la sangre

que mancha el cuerpo de los recién nacidos.

De la sangre

acunada en hospitales,

en desesperanza, ansiedad, miseria, desolación y muerte.

¡Oh!, la sangre… la sangre

de los mártires, de los héroes, de los fugitivos,

de quienes mueren en el cadalso, en las cárceles

o en los campos de concentración.

¿Quiénes han inscrito su nombre en la historia

con la púrpura sagrada de la sangre de sus víctimas?

¿Quiénes son los que llevan en la conciencia

el remordimiento de sus crímenes?

¡Oh!, la sangre… la sangre

que viste el alma de los parricidas.

La sangre que goza la mirada del fraticida.

La sangre que tiembla en los nervios del magnicida.

La sangre que perdona al matricida.

¡Oh!, la sangre… la sangre

cuya huella delata al asesino.

La sangre acusadora en la máscara del verdugo.

La sangre acusadora en las ropas de Caín.

La sangre que delata, que quema, que desvela,

que obliga a la confesión del asesino.

¿Quién se atreve a mancharse las manos con la sangre del rey?

¿Quién se atreve a mancharse las manos con la sangre de su hermano?

¿Quién se atreve a mancharse las manos con la sangre de su madre,

del padre, del amigo, de la aurora?

¡Oh!, la sangre… la sangre.

La sangre del soldado.

La sangre perseguida por las balas.

La sangre escondida en las montañas.

La sangre que amanece, que atardece, que anochece.

La sangre encendida por las velas.

La sangre que ensombrece la ternura.

La sangre que empapa los patíbulos.

La sangre convertida en oración y lágrimas.

¿Quién se atreve a mancharse las manos con la sangre indígena?

¿Quién?... ¿Quién?... ¿Quiénes?

¡Oh!, la sangre… ¡La sangre

EL GRITO ESTÉRIL

¡Rosas!... ¡Rosas!

El pregón se adelgaza hasta convertirse en queja, en lamento, en tristeza infinita y amargura.

La pobre mujer, sentada en el hueco de un muro, estira la mano hambrienta y ofrece, suplica: ¡rosas!..., ¡rosas!

La gente pasa de prisa, como siempre. Nadie se detiene y nadie se conduele. Ella de vez en cuando mira a su niño, a ese manojo de vida tierna que apenas si pueden sostener sus brazos.

¡Rosas!..., ¡rosas!

En vano la queja. En vano el lamento. Suenan las campanas de la catedral y la prisa por escuchar el rosario se hace más intensa.

Ella, es una mujer joven envejecida de pobreza. Su cara está marchita, sin fragancia. Los huesos de los pómulos amenazan romper la epidermis. La mano se estira con el grito: ¡rosas!..., ¡rosas!

Sí, entre sus dedos aprieta con desesperación y delicadeza un macito de rosas blancas rociadas con sus lágrimas. Llanto de madre triste, de mujer hambrienta, de soledad y ternura.

El niño duerme acunado en los brazos de su madre. El rebozo materno lo protege del frío.

La gente sale de la iglesia. Hay optimismo, alegría en los rostros; confianza en el porvenir.

Estéril es el grito. Nadie lo advierte. Hay rosas marchitas y labios apagados. Hay dolor en la mirada.

Lágrimas y rosas blancas.

¡Rosas!..., ¡rosas!

Puebla de los ángeles

12/1/09

TESTAMENTO

TESTAMENTO DE AÑO VIEJO 2008

Hijos, nietos y entenados
pronto me voy a morir.
Les dejo aquí, consagrado,
mi testamento al partir.

No me lloren por favor
pues me muero muy contento.
Al escribano Agenor
le dicto mi testamento.

A
AGAPITO DOMÍNGUEZ LACROIX

Para mi buen Agapito
dejo bien aderezada,
con picor chile amashito
un plato de enfrijoladas.

A
ANA LIVIA SALINAS GONZÁLEZ

Ella rompe corazones
y por eso está en mi lista,
le heredo a esta periodista
las páginas de Razones.

A
ANTONIO JAVIER NUCAMENDI OTERO

Dada su entrega y afán
de satisfacer lectores,
dejo a frágil Ombudsman
enfrentarse a los rumores.

A
BABE SEGURA CÓRDOVA

Que no sufra calentura
porque el poder es poder.
Hoy le dejo con Granier
la diputación segura.

A
BALDEMAR HERNÁNDEZ MÁRQUEZ

Por su elegante alegría
y su sincera amistad,
le nombro en cordialidad
hoy el Señor Simpatía.

A
BENJAMÍN ARMANDO ZENTENO ALANÍ

Responsable de mi osario
ya que ha llegado mi fin,
he rogado a Benjamín
que dé brillo a mi calvario.

A
CARLOS ANTONIO MARÍ VAZQUEZ

El ha encontrado la horma
de su zapato y conquista,
por eso le doy la pista
para encontrarla en Reforma.

A
CARLOS ELÍAS DAGDUG MARTÍNEZ

Porque el tiempo nos apura
y espero bien se comporte,
dejo una que otra escritura
y monopolio en transporte.

A
CARLOS ARTURO CALZADA PELAEZ

Corre el tiempo y no se asuste
por la presencia de males.
Le heredo a Carlos mi fuste
para ensillar animales.

A
DAMASO SANZ LATOURNERIE

Debe dejar de sufrir
y de andar buscando cuja,
heredo una fina aguja
a este soñador faquir.

A
EDUARDO DEL RIVERO

Clarísimo como espejo
de acción y vivo reflejo,
por su acertado consejo
hoy le quito lo que es viejo.

A
EDUARDO ESTAÑOL VIDAL

De recuerdo no me valgo
para dejarles mi herencia,
heredo a mi padre Hidalgo
su envidiable independencia.

A
ERWIN MACARIO

Antes que el tiempo se agote
y me vaya con el sol,
dejo mata de chayote
y permanente teibol.

A
ESTRELLA DEL C. OJEDA OSORIO

Hay una luz que destella
en este humilde velorio
y le doy nombre a la bella
del C. rutilante Estrella
de apellido Ojeda Osorio

A
FERDUSI BASTAR MÉRITO

Ni me alejo ni me acerco
porque tiene mucho Mérito,
nombro a este cónsul tan terco
el embajador emérito.

A
FRANCISCO PERALTA BURELO

Cuando decimos adiós
con el testamento escrito,
le dejo al padre Panchito
la Mesa 42.

A
HOMERO T. CALDERÓN

En su columna hay renuevos
y estilete con estilo,
le heredo a mi Doble Filo
surtida caja de huevos.

A
JORGE COLORADO LANESTOSA

Ser y no ser alegría
tomando a la inglesa té,
libro de filosofía
le dejo allá en la Cité.

A
JOSE DEL CARMEN CHABLÉ RUIZ

Por ser periodista franco
con él mis cuentas hoy saldo,
todo vestido de blanco
le estoy dejando el Heraldo.

A
JOSÉ LUIS CORTÉS MORENO

Por ser periodista parco
Intachable y muy valiente,
hoy le dejo con el narco
la nota sobresaliente.

A
LUIS ANDRES PAMPILLÓN PONCE

Me están rezando el rosario
pues me llevan al panteón,
heredo a Luis Pampillón
recuerdos del Semanario.

A
MATEO DAMIÁN RIVERA

Hoy ni en el sepulcro creo
pues el muerto está muy vivo,
aquí le dejo a Mateo
que tome la del estribo.

A
MIGUEL A. DE LA O CUPÍL

Por ser el amigo leal
que a la política hoy cuca,
alcalde municipal
le heredaré en Nacajuca.

A
ROBERTO CARRERA GUZMÁN

Hombre de muchos afanes
y de clara inteligencia,
cuidará mis edecanes
con erótica inocencia.

A
VICTOR DE LA CRUZ ROMERO

Hombre cordial y sencillo
por ser mi hijo predilecto,
hoy le heredo circunspecto
ajustado calzoncillo.

A
VOLTER JESÚS MENDOZA

A éste jamás lo remedo
y para que a nadie haga daño,
por si te acompaña al baño
le dejo amarrado el dedo.

A
WILVER MÉNDEZ MAGAÑA

Economista no mal
y del teatro aficionado,
será plurinominal
al dejarlo nominado.

A
PEDRO RESENDEZ MEDINA

Hoy su secreto descubre
y lo heredo sin igual,
después de un baño de azufre
diputación federal.


DESPEDIDA

Termina aquí el testamento
que he dictado en mis cabales,
que Dios les guarde de males
y de oscuro pensamiento.

Villahermosa, Tabasco a 31 de diciembre de 2008.

7/1/09

¡TÁNTO SOÑAR DESPIERTO!

A Guillermo Narváez Osorio

Vacía ya de forma la escritura
disuelta va cantando con el viento.
Reposa en el recuerdo su figura
que deshoja el otoño en sentimiento.

¡Qué crueldad del silencio!, a paso lento
desaparece islotes y llanura.
Ilumina un instante el pensamiento
de un borrador de antigua partitura.

Y se va, en un adiós, mi desencanto,
en la perdida sombra en lejanía
sacrílega en su eterno camposanto.

¡Tánto soñar despierto con la usura
de miserable vida que en su hartura
devora hasta los frutos de su llanto!

5/1/09

AMBROSIO Y EL HAMBRE

Para nadie es un secreto el hecho de que los mexicanos carecemos de una cultura nutricional. No sabemos alimentarnos. Victimas de la publicidad consumimos lo que la televisión, la radio o la prensa nos indican como lo mejor. Preferimos un litro de coca cola que un litro de leche. El taco callejero es el platillo favorito de muchos de nosotros. Una lata de atún, una lata de sardina, son alimentos que encuentran preferencia sólo entre albañiles, a pesar de lo nutritivo de esos enlatados.

Un investigador de la Universidad Autónoma de Puebla Cecilio Pérez Ambrosio, señala que el 60% de la población mexicana consume alimentación insuficiente “por falta de alimentos y de una cultura nutricional”, en tanto que la producción de cereales y frutas sufre pérdidas de 80 y 60%, respectivamente, por falta de medios para ser transportada o almacenada.

México ocupa un lugar de privilegios a nivel mundial como productor de calidad, de frutas y hostalizas; sin embargo, los altos costos de transporte y la falta de almacenes para su conservación representa costosos obstáculos para su comercialización. Y así se pierde hasta un 70% de lo que se cultiva y que no se consume.

Por lo que hace a los cereales las pérdidas alcanzan 80% debido a su inadecuado almacenamiento que provoca infección por hongos o bacterias que hacen imposible los granos inclusive para la alimentación animal por su alta peligrosidad.

Para el año 2015 México tendrá una población aproximada de 120 millones de personas. Urge pues la promoción de la industria y comercialización de lo que produce el campo. Urge también fomentar hábitos alimenticios. Desechar los alimentos “chatarra” que tanto dañan a nuestra niñez. Evitar aquellos alimentos que engordan, pero no nutren. Consumir las frutas de temporada y aprender a comer bajo una dieta balanceada en calorías, minerales y vitaminas.

La cocina mexicana, la regional es rica en variedad de platillos. Con poco dinero se puede comer bien si se sabe comer.

Siempre el puchero casero es mejor que aquellos que conquistamos en la calle.