5/10/09

EL ESTADO DEL DERECHO VII

EN TABASCO EN LA ÉPOCA DE LA INDEPENDENCIA

VII/XII

6.1 ÁNIMO A LA INDEPENDENCIA
Los estudiosos de hechos pasados, sostienen que tanto la Independencia de Estados Unidos como la Revolución Francesa, así como la lumínica Ilustración animaron la forja de la Independencia de México. Mediante el documento conocido con el nombre de la Declaración de Independencia de Estados Unidos en 1776, las trece colonias británicas estamparon con su firma su separación de Gran Bretaña y si esta Independencia fue una lucha contra el colonialismo europeo, la Revolución Francesa lo fue contra el poder de una monarquía absoluta.

6.2 EL GRITO DE DOLORES
Uno de los episodios más significativos en la historia patria es el llamado que hiciera en el pueblo de Dolores, el cura Miguel Hidalgo y Costilla. Fue en la madrugada del día 16, no en la noche del día 15. La alteración en la fecha en que se le conmemora obedece de acuerdo con los historiadores a un capricho de Porfirio Díaz quien se supone ordenó el cambio para que el festejo coincidiera con el de su cumpleaños (15 de septiembre). Pedro García, quien presenció lo sucedido en Dolores sostiene que las palabras de Hidalgo fueron:

“Mis amigos y compatriotas no existen ya para nosotros ni el rey ni los tributos; esta gabela vergonzosa la hemos sobrellevado hace tres siglos como signo de tiranía y servidumbre; terrible mancha que sabremos lavar con nuestros esfuerzos. Llegó el momento de nuestra emancipación; ha sonado la hora de nuestra libertad; y si conocéis su gran valor, me ayudaréis a defenderla de la garra ambiciosa de los tiranos”.

6.3 TEXTO DE LA PROCLAMACIÓN DE HIDALGO

Veamos la proclamación que dio a conocer Hidalgo en un texto en el que explica las razones del levantamiento:

Para la felicidad del reino es necesario quitar el mando y el poder de las manos de los europeos; esto es todo el objeto de nuestra empresa, para la que estamos autorizados por la voz común de la nación y por los sentimientos que se abrigan en los corazones de todos los criollos (…) Esta legítima libertad no puede entrar en paralelo con la irrespetuosa (?) que se apropiaron los europeos cuando cometieron el atentado de apoderarse de la persona del excelentísimo Sr. Iturrigaray, y trastornar el gobierno a su antojo sin conocimiento nuestro mirándonos como estúpidos.
En vista, pues, del sagrado fuego que nos inflama y de la justicia de nuestra causa, alentaos, hijos de la patria, que ha llegado el día de la gloria y de la felicidad pública de esta America. ¡Levantaos, almas nobles de los americanos!, del profundo abatimiento en que habéis estado sepultadas, y desplegad todos los resortes de vuestra energía y vuestro valor, haciendo ver a todas las naciones las admirables cualidades que os adornan, y la cultura de que sois susceptibles. Si tenéis sentimiento de humanidad, si os horroriza el ver derramar la sangre de vuestros hermanos, y no queréis que se renueven a cada paso las espantosas escenas de Guanajuato, del Paso de Cruces, de San Jerónimo, Aculco, de la Barca, Zocualco y otras; si deseáis la quietud pública, la seguridad de vuestras personas, familias y haciendas y la prosperidad de este reino: si apetecéis que estos movimientos no degeneren en una revolución que procuramos evitar todos los americanos, exponiéndonos en esta confusión a que venga un extranjero a dominarnos; en fin, si queréis ser felices, desertaos de las tropas de los europeos y venid con nosotros; dejad que se defiendan solos los ultramarinos y veréis esto acabado en un día sin perjuicio de ellos ni vuestro, y sin que perezca nadie; pues nuestro animo es sólo despojarlos del mando.