He penetrado a tu olvido
para hojear los recuerdos
borrados por tu ausencia.
Me he acostado en su tumba
como un gorrión que hace nido
sobre nubes que saben
del azúcar de la imaginación.
He pulsado tu lira
en el delirio del diario
torrente de preguntas
sin respuestas.
Pero el olvido se olvida
de mi olvido
y entonces ya no soy
lo que soy en este instante.
MILAGRO DE LUZ
Un aparente ciego, incrédulo, falto de fe, llegó ante Jesús y de rodillas le imploró: ¡Señor, hazme el milagro!
Jesús, misericordioso, advirtiendo el engaño del falsario, posó su mano derecha sobre los cabellos de éste, musitando con tristeza: ¡De hoy en adelante verás con la luz del alma!