5/1/09

AMBROSIO Y EL HAMBRE

Para nadie es un secreto el hecho de que los mexicanos carecemos de una cultura nutricional. No sabemos alimentarnos. Victimas de la publicidad consumimos lo que la televisión, la radio o la prensa nos indican como lo mejor. Preferimos un litro de coca cola que un litro de leche. El taco callejero es el platillo favorito de muchos de nosotros. Una lata de atún, una lata de sardina, son alimentos que encuentran preferencia sólo entre albañiles, a pesar de lo nutritivo de esos enlatados.

Un investigador de la Universidad Autónoma de Puebla Cecilio Pérez Ambrosio, señala que el 60% de la población mexicana consume alimentación insuficiente “por falta de alimentos y de una cultura nutricional”, en tanto que la producción de cereales y frutas sufre pérdidas de 80 y 60%, respectivamente, por falta de medios para ser transportada o almacenada.

México ocupa un lugar de privilegios a nivel mundial como productor de calidad, de frutas y hostalizas; sin embargo, los altos costos de transporte y la falta de almacenes para su conservación representa costosos obstáculos para su comercialización. Y así se pierde hasta un 70% de lo que se cultiva y que no se consume.

Por lo que hace a los cereales las pérdidas alcanzan 80% debido a su inadecuado almacenamiento que provoca infección por hongos o bacterias que hacen imposible los granos inclusive para la alimentación animal por su alta peligrosidad.

Para el año 2015 México tendrá una población aproximada de 120 millones de personas. Urge pues la promoción de la industria y comercialización de lo que produce el campo. Urge también fomentar hábitos alimenticios. Desechar los alimentos “chatarra” que tanto dañan a nuestra niñez. Evitar aquellos alimentos que engordan, pero no nutren. Consumir las frutas de temporada y aprender a comer bajo una dieta balanceada en calorías, minerales y vitaminas.

La cocina mexicana, la regional es rica en variedad de platillos. Con poco dinero se puede comer bien si se sabe comer.

Siempre el puchero casero es mejor que aquellos que conquistamos en la calle.