Amigo: a conjugar dichas y penas
el corazón invita a puño abierto.
Fatiga caminar por las arenas
que forman soledades y desierto.
Comienza a germinar el fruto cierto
de las palabras limpias y serenas.
El lucero se pone a descubierto
de las nubes más níveas o morenas.
Amigo: hay que sembrar en primavera
semilla fraternal. Y en el verano
de la envidia cuidar la sementera.
Y luego ver así, grano por grano,
penas y dichas y amistad sincera
revueltos germinando en nuestra mano.