11/6/09

HISTERIA

Y PROTAGONISMO

La histeria es una enfermedad que se manifiesta más, generalmente, en las mujeres que en los hombres. El histerismo es una neurosis que en grado progresivo puede llevar al paciente a la locura. Sus reacciones son violentas, sus ademanes caricaturescos, la mirada es vidriosa, y las palabras suelen aflorar a los labios del histérico en forma atropellada con signos inequívocos de falta de control sobre sí mismo.

El protagonismo es afán de notoriedad. Impulso incontenible por subir al estrado, al podio, tarima, taburete o cima.

El protagonismo histérico suelen sufrirlos quienes sin personalidad definida aprovechan cualquier circunstancia para destacar.

El protagónico histérico, anhela ser el héroe del drama. Sus gestos, sus ademanes, su afán exhibicionista lo manifiestan como individuo inestable, saturado de complejos, de frustraciones, falto de ideales que, encumbrado por el rango, se sueña mesías, guía, líder, conductor o badajo de campana con clamores populares.

Su neurosis, característica de su irreversible mal, afecta su inteligencia, su sensibilidad, sus movimientos que rayan en actos convulsivos, sofocaciones, gritos, gesticulaciones que culminan en manifestaciones agresivas de contrariedad.

Su complejo de autoestima lo lleva al extremo de considerarse infalible y poseedor único, indiscutible, de lo que considera la verdad y que apasionadamente enarbola para asombro de las generaciones presentes, futuras o en estado de gestación.

El protagonista histérico trata de mostrar al mundo que él tiene merecimientos superiores a cualquier ser humano.

El protagonista histérico goza las transfiguraciones del ensueño en las que se representa como elegido de los dioses y como guía espiritual de un pueblo.

El protagonista histérico ansía el estímulo de la tribuna, de la escenografía, de las luces deslumbrantes en el drama; del parlamento aprendido de memoria y del auditorio a quien demanda la gratitud de sus aplausos.

El protagonista histérico tiene como destino la oscura sombra del poder.

El protagonista histérico es volcán en erupción. Ola enardecida. Irresponsable manipulador de conciencias.

El protagonista histérico tiene dos compromisos: con él mismo y con su apasionada adversidad.